ETF vs Fondos de inversión: diferencias
Comparación directa de ETF pasivos y fondos de gestión activa
Los fondos activos y los fondos indexados de gestión pasiva, es decir, los ETF, combinan las ventajas de una inversión ampliamente diversificada para los inversores. Esto permite invertir simultáneamente en numerosos valores de distintos países, sectores o clases de activos, lo que puede reducir significativamente tu riesgo en el mercado bursátil. Ambos tipos de fondos de inversión también se consideran activos especiales.
Además de estas similitudes, los ETFs y los fondos activos también tienen diferencias significativas. Los ETFs, por ejemplo, ofrecen ventajas decisivas a largo plazo, sobre todo por sus bajos costes, combinados con una gran transparencia y flexibilidad.
En este artículo queremos explicarte cuál de los dos conceptos te conviene más.
Lo esencialDiferencias entre fondos y ETFs
ETF: Son fondos indexados cotizados. Se gestionan de forma pasiva y siguen el rendimiento de un índice subyacente para conseguir el rendimiento de un mercado.
Fondos activos: Los fondos gestionados activamente, intentan superar al mercado, en el sentido de que los gestores de fondos pretenden aumentar los rendimientos seleccionando activamente los valores.
Costes: Los costes de los ETF suelen ser sólo del 0,05 al 0,8 por ciento anual. Esto los hace significativamente más económicos que los fondos activos, que suelen cobrar entre un 1,5 y un 1,8 por ciento al año. Además, los fondos activos pueden cobrar comisiones únicas.
Rentabilidad: En la mayoría de los casos, la rentabilidad a largo plazo favorece a los ETFs, ya que sólo muy pocos fondos activos consiguen batir a sus ETF de referencia a largo plazo.
Explicado de forma sencilla: ¿Cuáles son las diferencias entre ETF y fondos?
Aunque ambos son fondos de inversión, las diferencias entre los ETF y los fondos activos radican principalmente en la estrategia de inversión y la estructura de costes. Por ejemplo, los ETFs siguen pasivamente un índice de referencia, mientras que en los fondos gestionados activamente, los gestores intentan conseguir una rentabilidad superior a la del mercado. Esto último cuesta comisiones más elevadas.
Los ETF no requieren gestión de fondos, lo que tiene un efecto positivo en sus rendimientos. Además, estos fondos indexados pueden negociarse con flexibilidad en bolsa, son muy transparentes y suelen seguir criterios claros en sus estrategias de inversión.
Básicamente, ambos tipos de fondos de inversión tienen el mismo objetivo: generar la mayor rentabilidad posible para sus inversores.
Pero, ¿se consiguen también estos objetivos a largo plazo una vez deducidos los costes? ¿Marcan los ETF la diferencia decisiva entre los fondos de inversión con un exceso de rentabilidad? ¿Y dónde están los riesgos? - A continuación lo analizaremos más detenidamente.
Gestión activa y pasiva: ¿qué significa exactamente?
Los fondos activos están gestionados por gestores que analizan el mercado, toman decisiones estratégicas de inversión y negocian activamente. Este esfuerzo es más costoso, pero pretende minimizar los riesgos y permitir un rendimiento superior al del mercado. Los inversores privados pueden adquirir participaciones de fondos a través de intermediarios, bancos y sociedades de fondos.
Los ETF replican pasivamente un índice existente de forma automatizada para conseguir la rentabilidad de un mercado. Esto supone unos costes mucho más bajos, ya que no hay que pagar a gestores de fondos (caros).
Los ETFs invierten tu dinero de forma transparente según criterios puramente objetivos y son negociables todos los días de negociación. El objetivo es replicar el índice lo más fielmente posible. La forma en que se replica el índice puede ser física, comprando o vendiendo los valores que contiene el índice según su ponderación, o sintética, mediante una operación de permuta entre un proveedor de ETF y una contraparte, generalmente un banco de inversión.
Diferencias claras en las expectativas
¿A quién no le gustaría ser mejor que el mercado? - Los fondos activos intentan hacer precisamente eso y suelen fracasar. Al fin y al cabo, un mayor rendimiento suele ir acompañado de un mayor riesgo. Debemos ser conscientes de ello.
En cambio, la inversión pasiva y de bajo coste con ETFs siempre ofrece la rentabilidad del índice. Ni más ni menos. A largo plazo, 15 años o más, un 7% anual puede ser realista con un ETF sobre un índice bursátil diversificado globalmente. Mucho más de lo que puedes esperar con una cuenta de ahorro, una cuenta de depósito o una cuenta corriente con tipos de interés negativos. Sobre todo en tiempos de inflación elevada y en un entorno de tipos de interés bajos.
Muchos gestores de fondos también orientan su estrategia de inversión muy estrechamente al índice de referencia, para no quedarse demasiado rezagados en el caso negativo. En estos casos, se habla de los llamados contrabandistas de índices. En este caso, como muy tarde, es aconsejable pasarse a un ETF.
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Fondos de gestión activa frente a ETF: comparación de costes
Ya sean ETF, fondos activos, fondos mixtos u otros tipos de fondos. El efecto del interés compuesto con su crecimiento exponencial puede funcionar en ambas direcciones, especialmente a largo plazo. Puede tener un impacto positivo en tus rendimientos, pero también puede tener un impacto negativo debido a los elevados costes totales.
Por eso queremos darte una idea de los costes a los que podrías enfrentarte en cada caso con nuestra comparación de ETFs y fondos activos:
ETF pasivos | Fondos activos | |
Comisiones de custodia | desde 0 euros | desde 0 euros |
Gastos corrientes | aprox. 0,05 a 0,8 % al año | aprox. 1,5 a 1,8 % al año |
Recargo por emisión única | no | hasta el 5 |
Comisión única de reembolso | no | hasta el 1 |
Comisión de rentabilidad | no | posiblemente |
Además del resumen ejemplar de la tabla, también debes prestar atención a los impuestos de los ETF y los fondos activos, ya que también influyen en tu rentabilidad.
Sin embargo, la comparación tabular de ETFs y fondos nos muestra que los costes totales pueden suponer una diferencia considerable. La comparación de un plan de ahorro mensual de 150 euros a un plazo de 30 años, que se basa en un ETF con unos costes anuales del 0,2 por ciento y un fondo activo con unos costes anuales del 1,8 por ciento, muestra lo considerable que es.
Si ambos fondos de inversión obtuvieran la misma rentabilidad del 7 por ciento anual de media, con el ETF habrías ganado 170.013 euros. Con el fondo serían 127.239 euros, nada menos que 42.774 euros menos. Simplemente por los mayores costes.
Los costes de los ETF pueden estar formados por varios componentes. Pero independientemente de que se utilicen ETF o fondos, la regla general para los fondos de inversión es que los costes de negociación, la elección del depositario, las comisiones de gestión y el periodo de inversión, entre otras cosas, también pueden influir en tu rentabilidad.
Consejo: Si ya tienes una cuenta de custodia con un banco directo, puedes informarte sobre la calidad de la oferta en nuestra comparación de corredores. Puede que te convenga abrir una nueva cuenta de custodia más atractiva.
Los riesgos: ¿Hasta qué punto son seguros los ETF y los fondos?
Los ETF y los fondos activos suelen ser activos especiales, para que tu dinero no vaya a parar a la masa de insolvencia del proveedor del fondo si éste quebrara. Debido a la amplia diversificación, tu rentabilidad depende menos del rendimiento de los valores y divisas individuales.
Aunque también existen riesgos con los ETF, un fondo individual o ETF que invierte en renta variable no puede quebrar. Los desplomes, las crisis o las largas fases laterales también forman parte del mercado bursátil. En este sentido, incluso con una amplia diversificación mundial del riesgo, estás sujeto al riesgo general del mercado, con sus correspondientes fluctuaciones. A largo plazo, sin embargo, durante un periodo de 15 a 20 años, tu riesgo de pérdida con un ETF que sigue un índice bursátil diversificado mundialmente es relativamente bajo.
También es importante prestar atención a la cantidad de activos del fondo, ya que debe ser lo más alta posible para que el fondo de inversión pueda funcionar de forma económica. Por ejemplo, si tu ETF tiene menos de 100 millones de euros en activos del fondo, el ETF podría cerrar mientras inviertes en él.
El comportamiento de los inversores -ya sean inversores privados o gestores de fondos- también puede suponer un riesgo. En el caso de los ETFs sintéticos, también puede haber un riesgo de contraparte, ya que la contraparte puede quebrar.
ETF y los fondos de inversión
Comparación de resultados entre ETF y fondos activos
Los fondos activos tienen unos costes mucho más elevados. Esto no sería un problema si los rendimientos de sus decisiones de inversión fueran correspondientemente más abundantes.
Un estudio a largo plazo de S&P Dow Jones, por ejemplo, descubrió que el 99% de todos los gestores de fondos activos obtienen un rendimiento inferior al MSCI World durante un periodo de diez años.
Según el SPIVA Scorecard 2021, en el segmento de la inversión en renta variable mundial, sólo el 36 por ciento de los fondos activos consiguen superar a un ETF comparable en un año. Al cabo de cinco años, es sólo el 24 por ciento, y al cabo de 20 años queda el 9 por ciento. Incluso los fondos activos de éxito cambian constantemente. Por tanto, quien compra un fondo activo con buenos resultados no tiene en absoluto la garantía de permanecer en la senda ganadora.
¿Fondos o ETF? Ventajas y desventajas
Ahora nos gustaría comparar las diferencias entre los fondos activos y los ETF, así como sus ventajas y desventajas:
Fondos de gestión activa | ETF pasivos | |
Ventajas |
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Desventajas |
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ConclusiónETFs vs. fondos activos - ¿Cuál me conviene más?
Los ETFs y los fondos gestionados activamente pueden reducir el riesgo de tu inversión porque invierten tu dinero de forma ampliamente diversificada. Como fondos de inversión, también se consideran activos especiales.
Los fondos gestionados activamente tienen una gestión que intenta conseguir un rendimiento superior al del mercado. Sin embargo, no suelen batir a sus ETF de referencia a largo plazo. En cambio, los ETF siguen pasivamente un índice para conseguir la rentabilidad del mercado.
Como no requieren gestión de fondos, no sólo son mucho más baratos, sino también muy transparentes y pueden negociarse con flexibilidad a través de la bolsa. Así pues, los ETF suelen ser la mejor opción para los inversores a largo plazo.
La gran transparencia de los ETF puede proporcionarte información valiosa para tu estrategia de inversión. Junto con el gestor financiero, puede ayudarte a gestionar, analizar y controlar tu cartera.