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¿Cuántos ETFs vale la pena tener?
¿Se incrementa el riesgo al invertir en varios ETFs?
Poner todos los huevos en la misma canasta en las inversiones es arriesgado. Es mejor distribuir el riesgo. Con una amplia diversificación en varios ETFs, los inversores consiguen un aumento constante y sostenible de sus activos. Pero, ¿cuántos ETFs se deberían tener en el portafolio? ¿Cuántos ETFs contribuyen de manera más eficiente a la diversificación? ¿Y no basta con incluir en la cartera un ETF ampliamente diversificado, como uno del índice MSCI World?
Hemos resumido las respuestas a estas preguntas en el siguiente artículo. Además, analizamos por qué la diversificación puede minimizar el riesgo de tu cartera y explicamos en cuántos planes de ahorro en ETFs pueden invertirse paralelamente de forma óptima.
Lo esencialTodo sobre la diversificación con los ETF
Cantidad: Para conseguir una diversificación suficientemente amplia, debes tener al menos dos ETFs con distintos enfoques de inversión. Solo en algunos casos excepcionales un portafolio de un solo ETF puede diversificar suficientemente el riesgo.
Demasiados ETFs: Es cierto que un solo ETF suele ser insuficiente para una diversificación adecuada. Sin embargo, demasiados ETFs también son contraproducentes, ya que los inversores pueden perder rápidamente el control y necesitar más tiempo, por ejemplo, para reequilibrar.
Selección de ETF: En qué ETFs se deberían invertir depende de las estrategia personales de los inversores. Se puede elegir entre ETFs de mayor o menor riesgo. Además, los ETFs pueden tener distintos enfoques de inversión, como centrarse en distintas clases de activos, sectores, países o mercados.
Clases de activos: Además de considerar en cuántos ETFs vale la pena invertir, es importante para la diversificación del riesgo también tener en cuenta otras clases de activos. Es especialmente beneficioso si éstas tienen la menor correlación posible entre sí.
Diversificación: ¿Cuántos ETFs vale la pena tener en el portafolio?
Una cartera diversificada debe constar de al menos 2 ETFs. Un solo ETF no suele bastar para distribuir eficazmente el riesgo. Ni siquiera si los inversores optan por un ETF MSCI World. Aunque este ETF invierte en acciones de unas 1.600 empresas de 23 países industrializados, lo importante es la ponderación de cada empresa y país. EE.UU., por ejemplo, representa más de dos tercios del volumen del fondo. Japón le sigue en segundo lugar, con algo más del 6%. A nivel de valores individuales, entre los cinco principales solo se encuentran valores tecnológicos.
Veamos ahora un ejemplo de cómo puede ser la concentración de determinados países y sectores en un ETF MSCI World:
Para evitar estos riesgos de concentración, no basta con invertir en el MSCI World. Por lo tanto, debes invertir al menos en un segundo ETF con un enfoque diferente por países, regiones y/o sectores. Muchos inversores optan por una cartera 70:30 compuesta por un 70% en países industrializados (por ejemplo, MSCI World) y un 30% en mercados emergentes (por ejemplo, MSCI Emerging Markets). Otros también mezclan en esta asignación un ETF (por ejemplo, MSCI World Small Cap) sobre empresas de pequeña capitalización bursátil. El objetivo de estas estrategias y otras similares es invertir en la representación más amplia posible de la economía mundial.
Un ETF global como inversión base, que combina países desarrollados y emergentes, puede ser una buena base para una cartera. Ejemplos de esto podrían ser un ETF sobre el índice FTSE All-World o el índice MSCI All Country World, ya que estos incluyen países desarrollados y emergentes.
Para los principiantes, es aconsejable no incluir más de 5 ETFs en su cartera. Si hay demasiados ETFs se puede perder rápidamente la visión general del portafolio. Los expertos en ETFs pueden aumentar el número de ETFs si es necesario. Es importante evitar el riesgo de agrupación y las superposiciones entre ETFs, ya que pueden aumentar significativamente el riesgo de la cartera general y reducir la diversificación.
Evita los riesgos de agrupación en tu cartera
Básicamente, no existe un número correcto de ETFs en los que se debería invertir. En cuántos ETFs debes invertir depende de tu objetivo de inversión, tu capacidad de asumir riesgos y tu estrategia de inversión. Por lo tanto, pueden ser suficientes 2 ETFs o, por el contrario, no ser suficientes, lo que aumentaría el riesgo de los ETFs.
Existen más de 8.500 ETFs en todo el mundo. Pueden invertir en distintos sectores, países y clases de activos. Aunque existen demasiados ETFs, algunos de ellos siguen conteniendo acciones de las mismas empresas, que al mismo tiempo tienen una gran ponderación dentro del fondo índice cotizado.
Como muestra el ejemplo, Apple, la mayor posición en el ETF iShares MSCI World mostrado, tiene una ponderación del 4,54%, mientras que en el ETF NASDAQ 100 tiene una participación del 12,93%. Si, por ejemplo, decides una distribución con la misma ponderación en tu cartera formada por ETF sobre estos dos índices, la cuota de Apple en tu cartera total sería del 8,73 por ciento. Esto significa que la rentabilidad de una cartera de este tipo que contuviera estos dos ETFs dependería mucho más de los resultados de esta empresa que si hubieras invertido exclusivamente en el ETF MSCI World.
Este riesgo de agrupación también es posible con sectores, regiones o países, por ejemplo. Aunque los inversores inviertan en varios ETFs, pueden aumentar así, sin saberlo, el riesgo de su cartera.
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¿Cuántos planes de ahorro en ETFs deberías tener al mismo tiempo?
Por regla general, las inversiones deben hacerse en al menos 2 ETFs para conseguir la mayor diversificación global posible y, por tanto, un menor riesgo. Sin embargo, no debe haber demasiados ETF para que no se pierda la visión de conjunto. Los inversores también deben evitar los riesgos de solapamiento o agrupación.
Independientemente de si optas por planes de ahorro o por una inversión única, el factor decisivo es la diversificación más amplia posible. Puedes tener un plan de ahorro por tan sólo 25 euros al mes. Esto puede tentarte a ahorrar en el mayor número posible de ETFs. Sin embargo, debes asegurarte de que tienes menos planes de ahorro en ETFs con una tasa de ahorro más alta que muchos ETF con una tasa más baja. Al fin y al cabo, la inversión no debe ser más compleja de lo necesario, y las comisiones pueden reducir tu rentabilidad en el caso de los planes de ahorro con comisiones.
¿Qué proporción de la cartera total deben representar los ETF?
El porcentaje de ETFs en la cartera depende sobre todo de la capacidad individual de asumir riesgos, del horizonte de inversión y de la estrategia de inversión.
La distribución total de los activos debería ser la siguiente:
- Una reserva de emergencia
- Una parte libre de riesgo
- Una parte con riesgo
Debido a las fluctuaciones y riesgos de los ETFs, los fondos indexados cotizados pertenecen a la parte arriesgada, mientras que la parte sin riesgo consiste en una cuenta ahorro. Por el contrario, en una cuenta a la vista se debería disponer de unos ahorros de al menos 3 salarios netos mensuales. Ponderando las acciones, se puede controlar el riesgo de los activos totales.
Según el tipo de inversión, la estrategia de inversión, el periodo de inversión, la capacidad de asumir riesgos, los objetivos de ahorro o la situación financiera, con los ETF se puede elegir una inversión ofensiva o de mayor riesgo o defensiva y de menor riesgo. Al fin y al cabo, cuanto mayor sea la seguridad de una inversión, menor será su rentabilidad potencial. Por otra parte, un mayor riesgo también puede significar un mayor rendimiento y rentabilidad de los ETFs.
Ejemplos de carteras ETF
Para ilustrarlo, hemos reunido a continuación dos carteras ETF de muestra que difieren en su asignación de activos, es decir, en la ponderación de las clases de activos, y en su riesgo. Ambas carteras cuentan completamente en la parte de riesgo del total de activos.
Cartera de ETFs ofensivos
En nuestro ejemplo de un portafolio agresivo/ofensivo, los ETFs de acciones dominan con un peso del 70 por ciento. Aquí puedes optar por fondos indexados cotizados con diversos enfoques de inversión. Debes asegurarte de una diversificación suficientemente amplia, que incluya países desarrollados y emergentes, así como diferentes sectores y tamaños de empresas.
Los bonos tampoco deben faltar en una cartera ofensiva. Sirven de diversificación y garantizan un menor margen de fluctuación (volatilidad). En esta cartera de ejemplo, representan el 10%. Cuanto mayor sea la proporción de bonos, menor será el riesgo global, pero también el rendimiento. El 20 por ciento restante se invierte en ETF de materias primas y ETF inmobiliarios con un 10 por ciento en cada uno, lo cual sirve para diversificar aún más la cartera.
Cartera de ETF defensivos
En nuestro ejemplo de una cartera defensiva de ETFs, los ETFs de bonos están ponderados deliberadamente más alto, con un 40 por ciento, y los ETFs de acciones tienen un peso más bajo que en nuestra cartera agresiva. El objetivo es mantener las fluctuaciones de valor de la cartera defensiva en niveles más bajos.
Sin embargo, debido a la menor proporción de ETFs de acciones, las oportunidades de rendimiento a largo plazo probablemente sean más bajas. Además de la diversificación, la defensividad de una inversión se puede controlar, sobre todo, mediante el tamaño de la parte libre de riesgo de los activos y una reserva de emergencia grande en una o más cuentas de ahorro.
¿Cómo se consigue una buena diversificación con pocos ETFs?
Una buena diversificación debe ser lo más amplia posible. Depende en particular del enfoque de inversión de los ETFs respectivos o de sus índices subyacentes. La diversificación de la cartera global debe ser lo más global posible, abarcar mercados amplios, contener empresas de distintos tamaños y sectores, y evitar los riesgos de agrupación. Como los ETFs sobre el MSCI World sólo invierten en países industrializados, es aconsejable considerar también los ETFs sobre mercados emergentes.
Las fichas técnicas de los ETFs o las páginas comparación de los ETFs en extraETF.com pueden ofrecer una buena orientación.
Los ETFs que invierten en diferentes clases de activos también pueden aumentar la diversificación gracias a las bajas correlaciones entre ellos. Por el contrario, los ETFs temáticos, los ETFs sectoriales y los ETFs sobre países o regiones concretos, por ejemplo, pueden suponer una diversificación demasiado escasa y un aumento del riesgo. Sobre todo porque en estos casos los costes de funcionamiento de los ETFs suelen ser algo más elevados.
ConclusiónSeguimiento con ETFs seleccionados
No es posible hacer una afirmación general sobre en cuántos ETFs se deberían invertir. Pero lo ideal sería tener al menos 2. Al fin y al cabo, la elección de los ETFs, así como su ponderación y las estrategias de inversión, dependen de muchos factores, que pueden variar según la persona, su situación financiera, su horizonte de inversión y sus objetivos de ahorro, entre otras cosas. En cualquier caso, debes prestar atención a una diversificación suficientemente alta y evitar los riesgos de agrupación.
Invertir únicamente en un ETF sobre el MSCI World no es una estrategia suficiente, ya que, entre otras cosas, está demasiado centrado en EEUU y sólo invierte en países industrializados. Sin embargo, un ETF mundial como inversión base que combine mercados desarrollados y emergentes puede constituir una buena piedra angular en el portafolio. En general, cuanto mayor sea la proporción de inversiones de riesgo, mayor será tu potencial de rentabilidad. Para asegurarte de que tu inversión se ajusta a tu tolerancia al riesgo, es buena idea dividir tus activos en una parte arriesgada y otra sin riesgo, así como en un fondo de inversión. Esto te permite controlar el riesgo de la cartera en función de la ponderación de las acciones.
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